Bugatti es una marca francesa de automóviles de gran lujo y competición fundada por el italiano Ettore Bugatti (1881-1947) en el año 1909 en Molsheim, localidad actualmente en Francia.



Para conmemorar su 110 aniversario, Bugatti presenta La Voiture Noire, un modelo de una única unidad inspirado en su icónico SC 45 Atlantic Aéro Coupé. Con él, la firma francesa prolonga su obsesión por la perfección técnica.

Cuando "Arte, Forma, Técnica" es la filosofía de una marca de automoción, uno tiene pistas sobre qué clase de coches puede esperar. Si además esa firma pone un empeño real en conseguir automóviles que trasciendan el automovilismo, entonces sabes que estás ante pedacitos de historia. Fue esa la sensación que tuve cuando se destapó el lienzo que cubría el Bugatti La Voiture Noire en el último Salón del Automóvil de Ginebra celebrado en marzo pasado. A medida que el paño azul iba desvelando los aerodinámicos volúmenes de este coche único en el mundo nacido para conmemorar los 110 años de la marca, pensaba en el modelo original que le da nombre, perdido en 1938: "Nuestra historia no es sólo un privilegio sino también una gran responsabilidad. Estamos proyectando velocidad, tecnología, estética y lujo hacia una nueva era", indicaba el presidente de Bugatti, Stephan Winkelmann en su destape. Y no pude por menos que comparar los once millones de euros sin impuestos de este superdeportivo con los más de cien millones que valdría el original si fuese encontrado.

La Voiture Noire es un superdeportivo biplaza. Su velocidad máxima rondará los 420 km/h y estará autolimitada para que su carga aerodinámica sea suficiente para sujetarlo al suelo con solvencia. A lograr esas prestaciones le ayudarán sus cuatro turbocompresores y los dobles inyectores por cilindro, con un total de 64 válvulas. Un motor brutal para un coche excesivo en todas sus facetas. En su carrocería de fibra de carbono, no podía faltar la singularidad no imitada de su modelo inspirador: el Bugatti Type 57 SC Aéro Coupé. Una singularidad que llega a través del tiempo -desde 1936- para reproducirse a lo largo de toda la parte superior de su actual carrocería. Hablo de esa cresta que lo divide longitudinalmente desde el principio del capó, atravesando el parabrisas y el techo y acabando en la zona posterior. Una cresta que nace de las ansias de ofrecer lo mejor de Jean Bugatti, su creador, ansias heredadas de su padre y fundador de la marca, Ettore Bugatti, cuya frase preferida era: "Nada es demasiado bello, nada es demasiado caro".

El padre de Ettore y abuelo de Jean, Carlo Bugatti, pudo ofrecer una excelente educación a sus hijos, y rodearlos. Mientras el hermano de Ettore, Rembrandt, fue un reconocido escultor, los intereses de Ettore, más técnicos, le inclinaron hacia la incipiente industria de la automoción. Su gusto aristocrático, sus exquisitos modales y su devoción por la excelencia hicieron confluir en él la pasión por la deportividad y la competición a la par que por el lujo, confluencia que marcaría de manera radical su firma de coches nacida en otoño de 1909 en un abandonado taller de lavandería.

La carrocería parece estar hecha de una sola pieza, detalle solo posible al estar los componentes hechos a mano. Es ligeramente más largo que el de sus antecesores, única concesión a su perfil de gran turismo.

El vehículo más elegante del mundo

Ettore adquirió renombre con el Type 13, dinero con los desarrollos aeronáuticos que realizó durante la I Guerra Mundial y una mezcla de ambos con su coche de carreras más exitoso, el Type 35, que le permitió la creación de su sueño, el mejor, más lujoso y más elegante vehículo del mundo, el Type 41 Royale pensado especialmente para las realezas.

Sería sin embargo su hijo Jean quien desarrollase el modelo más icónico de la marca, el Bugatti Type 57 SC Atlantic Coupé. Para su carrocería, Jean usó elektron, una aleación compuesta por un 90% de magnesio y un 10% de aluminio, muy fuerte y ligera pero imposible de soldar. Jean fabricó el coche en dos mitades longitudinales cuyos bordes unió con remaches. La moderna La Voiture Noire no es sólo una reminiscencia del Type 45 SC Atlantic, sino "el tributo a una larga tradición, a Francia y al trabajo de Jean Bugatti", decía Winkelmann.

Sólo cuatro de esos inigualables coches fueron fabricados y tres vendidos por cifras astronómicas. El primero de ellos al banquero Rosthchild, el segundo quedó casi destruido tras un accidente -fue posteriormente reconstruido- y un tercero que hoy posee el diseñador de moda estadounidense Ralph Lauren y por el que se dice que pagó 40 millones de euros, adelgazando ligeramente su patrimonio estimado en más de 7.000 millones de dólares. El cuarto -en realidad, el segundo construido- apodado La Voiture Noire se lo quedó Jean Bugatti para uso personal.

Un gran misterio

Pero el destino quiso que esa unidad concreta desapareciese en el tiempo. En 1938, durante los agitados avatares de la preguerra, parece que Jean intentó moverlo a una región más segura de Francia, desapareciendo en el traslado. Se afirma que fue finalmente requisado por el ejército invasor más adelante. Otros dicen que el mismo Jean lo vendió a un amigo piloto para tratar de ponerlo a salvo ante la inminencia de la guerra. Nunca hallado, con su desaparición se creaba uno de los mayores misterios de la historia de la automoción.

En el año de la conmemoración del 110 aniversario de la marca y en el del 80 aniversario del fallecimiento de Jean, su creador, la firma francesa decidió homenajear a su coche icono y devolver a la vida a La Voiture Noire. Así una nueva "fiesta de la estética", en palabras del presidente, nos ha sido ofrecida por Bugatti. Pero en esa fiesta no sólo encontramos la famosa prominencia en su zona superior, sino también la parrilla ovalada de la marca y la "C-line" característica de Bugatti dispuesta en sus laterales, remarcando las ventanillas y las puertas y descendiendo hasta el bastidor. Unas ventanillas, por cierto, que parecen más bien la prolongación del parabrisas, dando una sensación similar a la del visor de un casco. En realidad, toda la carrocería parece estar finalizada en una pieza, sensación que sólo se puede obtener cuando, como es este el caso, todos sus componentes han sido minuciosamente elaborados a mano. Recoge la evolución racing de los Veyron, Chirón y Divo, sin embargo, La Voiture Noire alarga su capó indicando que el espíritu de hiperdeportivo vira ligeramente para aceptar su otro ADN histórico, el de un gran turismo.

Detalles magníficos son la alineación de los seis escapes de su trasera bajo el logotipo de la marca y la placa de la matrícula con su propio nombre escrito en ella. Seis escapes necesarios para un motor de dieciséis cilindros, que entrega 1.500 caballos de potencia a 6.700 rpm y 1.600 Newtonmetros de par entre 2.000 y 6.000 rpm y que no sólo es una obra maestra de la técnica, sino también una belleza en sí mismo. "No hay ningún coche en el mundo con un motor así, es el corazón del vehículo y una obra maestra de la técnica y la artesanía mecánicas", decía Winkelmann. No podía faltar el color azul, en este caso en sus pinzas de freno, que alude al color de la marca procedente de la bandera francesa.

Una fiesta automovilística que ya tenía dueño antes de ser ni siquiera presentada en público. Había sido adquirida por un entusiasta de la firma que no sólo no quiso esperar a que fuera desvelada, sino que tampoco ha esperado a que el coche esté definitivamente terminado. Se dice que a la milimétrica labor de ajuste y finalización del conjunto, destinado a ser ejemplo de perfección, aún le quedan dos años de trabajo por delante en la fábrica de Molsheim. Pero para ese entusiasta habrá merecido la pena. Habrá adquirido un vehículo capaz de hacer revivir un mito y trasladarlo hasta nuestros días. En su absoluta exclusividad, esta pieza maestra de la ingeniería y el diseño, recoge y simboliza la mejor tradición de la historia del automóvil. "Bugatti sublima pasión y emociones alrededor del mundo. Nuestros clientes y aficionados esperan que les sorprendamos y superemos con cada nuevo coche los límites de su imaginación. Y aquí está La Voiture Noire. Lo hemos conseguido", concluía Winkelmann.

¿Quién ha pagado 11 millones de euros?

Bugatti no ha hecho público el nombre del comprador que, por anticipado a su finalización, se ha hecho con la única unidad que existirá en el mundo de su nuevo La Voiture Noire. Pero la firma francesa sí ha facilitado un par de pistas: se trata de un fan de la marca que ya posee algún otro de sus modelos. Con esa información ha trabajado la cadena Bloomberg para llegar a la conclusión de que se trata de Ferdinand Piëch, el expresidente del Grupo Volkswagen -al que Bugatti pertenece- y refinado coleccionista de algunos de los más destacados modelos de la historia de la automoción.

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